Entrevistamos a Juan Carlos Rodríguez, responsable comercial de Koppert en Almería, Granada y Málaga. Nos cuenta la importancia del uso del control biológico en un futuro, destacando que plagas como araña roja, pulgón y trips se gestionan con eficacia en invernaderos de pepino, tomate y pimiento.
El control biológico de plagas ha llegado a la costa de Granada para quedarse. Cada vez son más los agricultores de Fundación Miguel García Sánchez que confían en las sueltas de enemigos naturales para el control de las principales plagas. Los buenos resultados obtenidos se traducen en una notable mejora de calidad y productividad. Detrás de esta revolución verde se encuentra la estrecha colaboración de los departamentos técnicos de Koppert y Grupo La Caña para desarrollar a pie de campo soluciones adaptadas a la realidad de cada finca.
1.-¿Qué está cambiando en la agricultura intensiva de la costa de Granada?.
Se está produciendo un gran cambio con la incorporación masiva del control biológico de plagas. Los agricultores se encuentran inmersos en un cambio de mentalidad que va a marcar, para siempre, un antes y un después en la forma de cultivar. Están entendiendo que es necesario realizar una agricultura más sostenible, que permita a los agricultores mantenerse competitivos en un momento en el que las herramientas químicas que se han usado toda la vida están desapareciendo.
2.-¿En qué se nota ese cambio de mentalidad del agricultor?.
En muy poco tiempo, se ha pasado de no hacer uso de enemigos naturales a incorporar el control biológico en toda la superficie. Por ejemplo, en el control de araña roja en pepino primero se demostró la eficacia por focos y, en un segundo paso, se extendió a toda la finca. Conocemos buenos ejemplos de éxito, como José Romera en la Rijana, Antonio Márquez en Carchuna o Antonio Carrillo en Castell de Ferro. Todos ellos tienen cada vez menos incidencia de araña roja en sus cultivos de pepino y están sirviendo como modelo a muchos otros.
3.-¿Cómo se gestiona el control biológico de pulgón?.
Se comenzó con sueltas de avispas parásitas y ahora estamos introduciendo nuevos organismos de control biológico que son depredadores. Estamos enseñando al agricultor cómo optimizar el uso de zonas reservorio con especies vegetales que facilitan la instalación de los nuevos depredadores de pulgón, como Crisopa, Aphidoletes y sírfidos. Destacan las experiencias satisfactorias de Carlos Mota, técnico y agricultor del Grupo La Caña, Carlos Moleón en Castillo de Baños o Mari Carmen Villa en Carchuna. Todos ellos, agricultores de ecológico que intentan usar las mejores técnicas para control de pulgón, sobre todo en pepino ecológico.
4.-¿Qué se está haciendo para luchar contra el trips en pepino?.
Hemos introducido la mejora de las poblaciones de Amblyseius swirskii con la alimentación a base de Carpoglyphus. Gracias a esto, mantenemos una excelente población de este depredador durante todo el ciclo, de modo que cuando la población de trips se dispara el cultivo está bien protegido. En cultivos que continúan hasta marzo o abril, el control de trips ha sido completo. Un buen ejemplo es el caso de Francisco Palomares en Castillo de Baños, que hace más de diez años fue un pionero en el uso de enemigos naturales.
5.-¿Se basa el control biológico únicamente en las sueltas de enemigos naturales?.
El control biológico es un concepto muy amplio. De hecho, el productor debe tener una visión global de la interacción entre insectos, planta y suelo. El uso de enemigos naturales se complementa con el protocolo de aplicación de Trianum desde semillero hasta el final del ciclo de cultivo. Trianum es un fungicida biológico con el que estamos obteniendo resultados sorprendentes, ya que con un solo producto protegemos las raíces frente a patógenos de suelo y al mismo tiempo fortalecemos la salud de la planta, haciéndola menos vulnerable.
6.-¿Cuáles son los retos para la próxima campaña?.
Principalmente, introducir la instalación de flora auxiliar en zonas perimetrales de las fincas para crear barreras vegetales que reduzcan la llegada de plagas y atraigan la fauna beneficiosa que existe de forma natural en el entorno. Además, tenemos previsto aumentar la formación en control biológico a agricultores de Grupo La Caña, una gran familia de la que nos sentimos partícipes y a la que estamos unidos con el objetivo común de convertir la costa de Granada en un ejemplo internacional de agricultura sostenible.